jueves, 12 de julio de 2012

Donde está esa princesa?

Braid. Es un videojuego independiente, realizado y finalizado en 2008 por Johnatan Blow. Un juego altamente aclamado.

Es un juego plataformero como tantos otros. Pero Braid es distinto. Es una experiencia y es un viaje, sin moverse del sillón, sin moverse de la pantalla, se irá trazando en nuestro camino una bonita, incierta e inquietante (por este orden y no en otro) historia.

Es la búsqueda de una princesa, es la búsqueda por un pasado, es la búsqueda desde el presente y hacia atrás, es el arrepentimiento y es la duda, es el afán por cambiar algo que ha sucedido y que ya no tiene vuelta atrás, o tal vez no.


Arranca nuestro protagonista (Tim) su inesperado viaje por el continuo devenir del espacio-tiempo. Arranca en una ciudad en llamas, la sombra de nuestro protagonista espera a que nosotros, con cuatro botones de dirección y uno más de salto, demos comienzo a su aventura. Trepidante es el movimiento de este joven, al que se le ve trajeado, y corre que se las pela. Los entornos son muy coloridos, los enemigos un poco podres, pero es que el reto de este juego consiste en recopilar una serie de piezas de puzzle, para completar un gran mural final. Es en ese mural donde se nos cuenta un pasaje de su vida, un pequeño hilo de la historia por donde tirar, por donde descubrir algo más.

Recuerdos que vienen a su memoria. Una bonita historia que se nos cuenta abriendo libros, a su paso por las nubes, abriendo puertas, encontrando tesoros, izando banderas, conquistando castillos, la búsqueda de su princesa. La construcción de su amor, la justificación de su existencia.

Debo decir que es una gran experiencia que nadie debe perderse. Un juego muy divertido, gráficamente espectacular. Disponible en todas las plataformas digitales, XBLA, PSN, PC y MAC. Con una banda sonora preciosa y relajante.

Puede tratarse ciertamente de la búsqueda de lo distinto, del viaje a Agartha, quizás de los lugares comunes. Es el hilo y la bola de acero que se suspende del mismo. Es el panta-rei. Es todo eso y lo que nuestra imaginación, nuestra pequeña parte de la evolución, nuestra pequeña derivación en la armonía del cosmos, pueda, quiera o deba imaginar.


Y es aquí donde radica el éxito de Braid, y en el que cada uno se va construyendo su propia historia, su propia alegoría de lo que este Tim hace y deshace (nunca mejor dicho) en el mundo que el mismo se ha construido, que el mismo ha dinamitado, sobre un mundo común ya impuesto.






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