viernes, 10 de agosto de 2012

Las carreteras forman parte del paisaje

"Escucha, oh lector, y tus oídos no se llenarán de mentiras..."

"Escucha, oh lector, y tus ojos no se llenarán de mentiras..."




Dos frases que comienzan caminos distintos, tan iguales, que llevan al mismo destino. 





La primera cita la establece James Fenimoore Cooper en la introducción de El último mohicano. La segunda forma parte de la introducción de uno de los comic books más importantes del siglo XX. Verano Indio. Una joya concebida por el maestro de la Venezia Secreta, Hugo Pratt, y el genio del vecino Bolzano, Milo Manara.



En ambos relatos, se describe a la perfección el mundo de la tierra prometida, de las primeras colonias inglesas en el nuevo mundo, en la costa de Nueva Inglaterra, el puritanismo proveniente de la Inglaterra protestante. Pero sobre todo, la vida, constumbres y cultura de los indios nativos americanos. De entre aquellos, también los mohicanos.

John Brinckerhoff Jackson, escribió un libro. Él es el protagonista de la historia que hoy os traigo. Las carreteras forman parte del paisaje. Ed. Gustavo Gili. Colección GGmínima.

Y tan mínima! Se puede decir, que condensadas en 47 páginas, se encuentra resumida la historia natural norte-americana, pre y pos-colombina, la etnografía de los pueblos, la botánica de las plantas, la odología de las carreteras.

Este precioso ensayo, delicado y coqueto como paisaje otoñal, nos enseña, nos aprende, y  nos emprende en el camino, en la ensencia de la carretera, de la vía, de la senda, al fin, del destino.

Comienza el libro preguntándonos: "¿Qué fué primero, la casa o la carretera que conduce a la casa?" ¿Y qué es más importante? ¿Cual es el sentido antiguo de la carretera y cual es el sentido moderno?

"La odología es la ciencia o el estudio de las carreteras o de los recorridos y, por extensión, el estudio de las calles, las autopistas, las sendas y los caminos, de cómo se utilizan, a dónde conducen y de cómo nacieron."

Las plantas, el hombre y la vida.


B.Jackson nos habla en su libro de Edgar Anderson, eminente botánico, que dedicó parte de su vida a salirse de la norma. Él estudió con ahínco la vegetación de las cunetas, la vida que se producía dentro de los contenedores de basura, el paisaje autóctono del Norte de América. 

 


Una de sus plantas favoritas, era el girasol común, que incluida dentro del grupo de especies denominadas "acompañantes", pues esta se sentía muy cómoda viviendo al lado del hombre. Es más, la presencia de éste, estimulaba al girasol y lo sigue estimulando en demasía.

Nos habla de los caminos de los indios naturales del norte de américa, de la vida eminentemente pedestre, en aquel mundo donde no se conocían los carros y las carretas, donde gracias a ello, había conformada, una gran idea de comunidad.Donde se puede hablar de poblados cuyos caminos no envidiarían a los mejores y más concurridos bulevares de París. Nos habla de los delicados caminos que serpentean las montañas, que evitan los obstáculos y que carecen de cualquier cuidado o manutención. Pues es de común saber que el indio vivía en paz con la naturaleza y la naturalez con él.

"El sendero del bosque pisado por los zapatos con tachuelas de aquellos corpulentos ingleses-se lamentaba-tiene una cualidad que nunca hubiera adquirido con el paso ligero de cien mocasines más"

 

"Uno de los más prolíficos estudiosos de los caminos de los indios fue el geógrafo Archer Butler...publicó dos volúmenes de Indian Thoroughfares...muchas de las sendas más transitadas por los indios en origen fueron hechas por los bisontes.

Y continúa: "En general, los indios precolombinos se movían mucho y estaban constantemente en marcha en calidad de comerciantes, cazadores, nómadas o viajeros curiosos" Viajeros curiosos! Me encanta ese espíritu ante la vida, descubrimiento y aprendizaje, que más se le puede pedir a este efímero paso, transición, desdicha o fortuna por esta minúscula parte del universo. Otrora el centro del mundo.

Constantando que existe más sabiduría en el seno de una comunidad con la mente abierta y diversificada, sin miedos ni prejuicios, que aún en mil hojas de la enciclopedia británica. 

"Siempre a pie, nunca presionados por el tiempo y cargados con escasas posesiones..."  



"...estos [los indios] se desviaban facilmente de su itinerario planeado: daban un rodeo de un día para visitar a una tribu amiga y, entonces, siguiendo un impulso repentino, asaltaban un poblado indefenso. La posibilidad de comerciar con otro poblado alejado doscientas millas del recorrido, y más tarde la oportunidad de presenciar una ceremonia de la que habían oído hablar, pero que nunca habían presenciado, prolongaba su viaje un mes más."

La verdad es que tamaño documento, ya sólo merece la pena por el gustazo de revisitar la bibliografía recomendada o de desgustar, pausadamente, estas frases llenas de historia, de pasión y de vida.

Muchos matices nos expresa este ensayo, que nos abre la mente, como si por un momento, viajásemos descalzos, a través de las sendas de la Nueva Inglaterra del XVI, desde Bostón hasta las Black Hills de Dakota, parando en Little Big Horn para recordar una conocida estampa de la historia reciente de los Estados Unidos.



"Cualquiera que sea el camino que tomemos, en última instancia nos conducirá al angustioso momento de la decisión privada. Como le sucedió a Saulo de Tarso, puede que la carretera a Damasco se extienda ante nosotros, pero solo en el transcurso del viaje descubrimos nuestro verdadero destino".


De las carreteras, de los senderos, de los viajes y de los nativos americanos. De la vida y de la muerte, del destino y de la elección personal, de la autopista como lugar de habitat, no sólo de paso, como forma de viaje, como experiencia vivída auténtica, como una bella melodía que hace relajar nuestra vista en un horizonte de asfalto, de luces y de suaves y verdes colinas.

"Two roads diverged in a yellow wood
and sorry I could not travel both
and be one traveler"  
  
Robert Frost. The Road not Taken (1916)
(dos caminos se bifurcaban en un bosque amarillo
no sabiendo cual de los dos tomar
por ser un viajero sólo)
  

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