domingo, 27 de enero de 2013

Tommy, tú me oyes? Tú puedes oírme?

"Durante la primera Guerra Mundial (1914-1918) el capitán Walker, del Ejército Británico, desaparece en combate y es dado por muerto. Su mujer, la Sra. Walker, da a luz su hijo Tommy..."

Una historia y un disco. Un parto hecho, magistralmente por The Who, allá por los 70, y que hoy en el siglo XXI nos versionan, delicada y primorosamente Barón Rojo (confesos seguidores y admiradores de los Who, de siempre). Titulando tal maravilla como, Tommy Barón! UUUUUaaaaaUUUUU


Un disco grande, muy grande, un discazo, o bueno, mejor dicho dos. La primera adaptación al castellano de la ópera de los Who, Tommy, que nos regala un inicio de 2013 prometedor en el panorama musical, patrio.

Y mira que yo siempre fuí más de Los Suaves, (continuan dando mucha vida a este 2013 con su próximo concierto en Londres), y lo sigo siendo, Suave es la noche, Miaaauuuu. 

Pero es que este, tamaño trabajo de los hermanos De Castro, no se podía dejar escapar.

Edición de lujo y voces afinadas para un trabajo muy serio, muy gratificante. Detractores y apologetas de todo hay y de todo habrá, pero en ese no dejar indiferente siempre ha navegado (en este caso surcando los cielos) la genialidad. Y os puedo decir que estamos ante uno de esos casos, sin duda.

Como os decía, la edición es preciosista, y de lujo, merece muy mucho la pena agenciarse este trabajo de los Barón. Un libreto ilustrado a todo color nos cuenta la historia de Tommy, siguiendo paso a paso, renglón a renglón la mítica ópera compuesta e interpretada por los Who. Magníficas piezas que nos cuentan una delirante y psicodélica historia.

Abreviando, resulta que el Capitan Walker, pues aun dado por muerto, vuelve a casa. Es 1921, y descrubre a su mujer liada con un amante. El Capitán en una trifulca lo mata y a Tommy, que lo ve todo, lo oye todo y todo lo sabe, sus padres atemorizados por lo que pueda contar, le dicen que allí no ha visto, ni oído nada y que se esté bien calladito.
Pues menudo pifostio que montaron. Ahora Tommy, en un estado catatónico, no ve, no olle y no puede hablar, pero eso sí, es el Rey del Pinball!


El formato de venta de la edición de lujo, libro-cd, con un doble disco encartado en un libro de arte del artista Borja Bonafuente, joven maestro del hiperrealismo. Ilustraciones de los Barón Rojo y colaboradores, enfundados en la piel de los personajes que describe la historia. Todo ello introducido por el relato de los acontecimientos de la historia de Tommy que nos van contando las distintas canciones, y seguido de las letras de estas. 



Permitidme que me detenga un momento en el arte del trabajo. Es sin duda meritorio. Encontramos hasta a Amaral caracterizada de Reina Ácida. 

Ya empezando por la magnífica portada, simulando una mesa de pinball, con sus flippers, con sus luces, y los bumpers, ¡Ay los bumpers!, claro guiño a la portada del homónimo trabajo de The Who.




Luego, una cascada de imágenes nos salpica y nos mantiene pegados por unos momentos a ese pedazo de papel. Quizás, como le sucedía a Tommy ante las mesas de pinball.

El Barón Rojo.

¿Y que me decís de ese trasfondo que esconde el trabajo de los De Castro? ¿O acaso el Barón Manfred von Richthofen, a la sazón el Barón Rojo, pudiera ser el causante mental, la justificación profunda, sobre la Sra. Walker de esa confirmación no cierta de que el Capitán Walker hubiera muerto (como al final no fue), y del consabido romance con aquel amante, cuya muerte provocó, ya de manera cierta, toda esta historia que es auténtica como ella sola?

Curiosos son los hilos del destino que nos llevan, movidos por sabe Dios que mano, al encuentro de los lugares comunes, una vez más. Un lujo, vamos. Un lujo de este principio de 2013.

 Una hábil táctica psicológica era el color de este avión que utilizaba el Barón Rojo para infundir un pavor sin igual en sus enemigos. Santo y seña de una muy nuestra banda de rock patrio.

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